Todos los días en el Banco de alimentos suceden milagros. Siempre atesoras experiencias nuevas. Unas veces las vives con las asociaciones, esas esforzadas entidades que dan todo por ayudar a sus semejantes. Otras de los voluntarios que nos ayudan, cuando ves su alegría y dedicación, y también de quienes donan lo que tienen. Hay muchas empresas, que ayudan aplicando su responsabilidad social corporativa, pero hay casos como el que nos ocupa que nos emociona. 1.200 litros de leche, casi 5.000 desayunos para las personas que lo necesitan, los que no tienen nada. ¿Quién ha realizado ese pequeño milagro?
Gracias DONANTE ANÓNIMO, tu solidaridad también tiene que tener un hueco en nuestro corazón.